Los orígenes de la raza Ca de Bou, como en la mayoría de razas caninas antiguas, son algo confusos. Si hay que buscar un origen a nuestra raza, este tiene que ser a través de los perros tipo alano o presa españoles que llegaron a Mallorca en 1229 con el Rey Jaime I. Una vez conquistada Mallorca, se establecieron, cruzándose entre ellos y otros perros autóctonos, formando así una agrupación de perros de presa, la utilización de la cual fue básicamente el trabajo con el ganado vacuno y la guarda de personas y propiedades.
Ya desde el siglo XIII, el Gremio de Carniceros, utilizaba a estos canes como auxiliares de jiferos o matarifes, para el sacrificio del ganado, por su potente sujeción y tomada de su mandíbula. Esta agrupación racial, también se utilizó en los siglos XIII, XIV y XV para la caza del jabalí y del ciervo, que en aquella época, eran abundantes en Mallorca, siendo también utilizada en los siglos XV, XVI y XVII por bandoleros y asaltadors de caminos y por sus perseguidors para la captura de los mismos. Con el paso de los años, esta población de canes de presa, se tuvo que cruzar , no sólo de forma circustancial sino también premeditada, con otra agrupación racial, igualmente definida que la anterior y la labor de la cual era básicamente la del pastoreo de ovejas, buscando en estos cruces, mejorar la funcionalidad de ambas agrupaciones, siendo su resultado muy posiblemente, el embrión del Ca de Bou moderno.
A nuestro perro, ya denominado propiamente Ca de Bou, por su carácter valiente y bravo, se le utilizó en espectáculos taurinos, peleando con toros, contra otros canes e incluso contra fieras. Actualmente, nuestro apreciado amigo, es utilizado en labores de guarda y de compañía, pues su excelente carácter familiar, así como equilibrio, hacen de él un magnífico compañero de niños y mayores.
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